La narcolepsia es un trastorno de etiología desconocida que se caracteriza con somnolencia excesiva típicamente asociada a otros fenómenos del sueño REM.1
Según la tercera edición de la Clasificación Internacional de Trastornos del Sueño(ICSD-3), la narcolepsia se puede dividir en dos categorías: narcolepsia tipo 1 y tipo 2, anteriormente denominada narcolepsia con y sin cataplejía, respectivamente.2
La prevalencia de la narcolepsia reportada en estudios descriptivos es de 0.03 a 0.16% con pico de incidencia a los 14 años siendo la segunda causa de somnolencia excesiva diurna (SED) incapacitante después de la apnea obstructiva del sueño.1,3
La SED suele ser el síntoma principal (y más incapacitante) en la mayoría de los pacientes con narcolepsia. Por lo general, se presenta como una incapacidad para permanecer despierto, pero también se informa como una sensación subjetiva de somnolencia acompañada de dificultades para mantener la atención.4
Debido a que el impacto de la narcolepsia es debilitante y altera el funcionamiento social y laboral de casi la mitad de los pacientes con la afección, el manejo de los síntomas de la narcolepsia, especialmente la SED, es de gran importancia clínica.3
El manejo no farmacológicos, incluidas las siestas regulares y la mejora de la higiene del sueño, pueden ayudar con los síntomas de la narcolepsia. Sin embargo, las intervenciones farmacológicas siguen siendo la piedra angular en el tratamiento.3
La narcolepsia es causada por la disfunción de una familia de péptidos que promueven la vigilia y suprimen el sueño, las orexinas.5
El modafinilo es un fármaco estimulante aprobado por la FDA y la EMA, y es el tratamiento de primera línea para la SED en pacientes con narcolepsia.2,5
El mecanismo de acción exacto del modafinilo no está claro, aunque los estudios in vitro han demostrado que inhibe la recaptación de dopamina al unirse a la bomba de recaptación de dopamina y conduce a un aumento de la dopamina extracelular. Modafinilo activa los circuitos glutamatérgicos, mientras inhibe al ácido gamma-aminobutírico (GABA).5
La eficacia del modafinilo se ha demostrado en cuatro estudios basados en evidencia de clase 1 a dosis entre 200 y 400 mg por día, mejorando objetivamente la SED.2
Tres estudios de nivel 1 indicaron que el uso de una estrategia de dosis dividida proporciona un mejor control de la somnolencia diurna que una dosis diaria única.6
Uno de estos estudios evaluó sujetos con somnolencia persistente al final de la tarde o al anochecer, a pesar de una respuesta positiva a la terapia con modafinilo. Los sujetos que recibieron 400 mg por día en una dosis dividida experimentaron una mejora en las medidas subjetivas y objetivas de somnolencia por la tarde o noche en comparación con los que recibieron una dosis única de 200 o 400 mg.6
Un estudio abierto mostró que el modafinilo era eficaz para mejorar la somnolencia y, en general, era bien tolerado en 13 niños (rango: 2–18 años, edad media de 11 años) con narcolepsia o hipersomnia idiopática.6
En relación con otros estimulantes que actúan a través de mecanismos catecolaminérgicos, el modafinilo tiene un bajo potencial de abuso y produce vigilia con un sueño compensatorio atenuado posteriormente (no modifica la cataplejía).5,7
En la clínica, la narcolepsia debe considerarse como un trastorno hipotalámico global y no simplemente como un trastorno del sueño.4
Se ha observado que el modafinilo (200-400 mg/d) mejora la SED, aumenta las latencias medias del sueño en la prueba de mantenimiento de la vigilia y mejora las puntuaciones en la impresión clínica global (CGI-C, por sus siglas en inglés).7